La escritora Almudena Grandes publica ‘El corazón helado’, la historia sentimental de dos familias enfrentadas en la Guerra Civil
Guadalajara dos mil | 23 de febrero de 2007
Amor y Guerra Civil mezcla la escritora Almudena Grandes (Madrid, 1960) en su última novela ‘El corazón helado’ (Tusquets), su vuelta al panorama literario tras ‘Estaciones de paso’. La escritora madrileña, que da nombre a la Biblioteca Municipal de Azuqueca de Henares desde el pasado mes de octubre, ha realizado un colosal ejercicio de memoria histórica que ronda las mil páginas, en su último libro, donde reconstruye la historia sentimental de dos familias opuestas ideológicamente, que vivieron de distinta forma la Guerra Civil, el exilio, el franquismo o la transición. Una historia relatada, desde el presente por los nietos o la tercera generación, “que es la primera –alega Grandes– que se atreve a preguntar”.
“Esta novela refleja muy bien la dinámica generacional sobre el tema de la memoria”, declaró a Europa Press la escritora, que considera, como defiende el historiador Juan Pablo Fusi, que el tema de la Guerra Civil, la II República o el franquismo son temas “inagotados”, que siguen generando libros y películas y que “interesan a la gente”. “El marketing nunca se equivoca”, argumenta.
‘El corazón helado’ parte de un entierro familiar en febrero de 2005, en el que Álvaro, hijo del fallecido, se sorprende de la presencia en el sepelio de una mujer joven desconocida que parece delatar aspectos ocultos de la vida de su padre. Esta mujer, Raquel Fernández Perea, es hija y nieta de exiliados en Francia y lo sabe todo sobre la vida de sus padres y abuelos.
La asistencia de una desconocida al entierro del padre de su amigo, el poeta Benjamín Prado, fue la anécdota que desató la imaginación de la autora madrileña, que ha cosechado grandes éxitos con títulos como la erótica-sexual ‘Las edades de Lulu’, ‘Malena es un nombre de tango’, ‘Atlas de Geografía humana’ o ‘Los aires difíciles’.
Datos camuflados
Apegada a la memoria histórica y tras leer un centenar de libros sobre la época y visionar decenas de películas sobre el tema, Grandes ha intentado construir una novela política “que no fuera panfletaria” y también “sentimental” en donde sus personajes se equivocan, rectifican y reconstruyen una época llena de curvas y meandros. “Ha sido un libro muy trabajoso porque he intentado que toda la documentación se camuflara en la historia, y creo que lo que conseguido”, alegó esta escritora.
“Siempre se ha contado una historia oficial de los hechos que es sectaria y parcial”, declaró Grandes, para quien la versión del 50 por ciento de culpabilidad entre los dos bandos “es tramposa y mentirosa”. “A estas alturas ya no hace falta explicar que los fascistas eran los malos por eso he intentado describir cómo eran sentimentalmente esos hombres y mujeres y qué cosas pasaban”.
Así construye al personaje de Julio Carrión, un prestigioso hombre de negocios radical y con una “inmoralidad que el franquismo instaló en todas las esferas” y con el que se aprecia cómo cualquier “oportunista puede medrar en una jardín de generalifes”. En este sentido, explicó que el ‘revisionismo’ histórico que pretenden algunos libros que se publican actualmente sólo es una “respuesta defensiva” al movimiento de recuperación de la memoria histórica que se inició hace unos años.
Asimismo y gracias a una apasionada historia de amor que se establece entre dos personajes, Grandes “canaliza el proceso de construcción de los sentimientos” y convierte a ‘El corazón helado’ en un relato en el que hay amor, tristeza, historia y mucha “amargura”. Almudena Grandes reconoce haber tomado partido en esta novela que refleja cómo en España, hace 40 años, nadie era “neutral” o “pacifista” y la mayoría “pertenecían a algún partido”. “Me he pringado y he asumido lo que han hecho bien y mal, porque los personajes admirables lo son también cuando se equivocan. He procurado crear un tono de memoria más que de novela”, matizó la autora, que ahora se enfrenta a las pequeñas intrahistorias que han surgido en su imaginación al crear algunos personajes de esta novela y que publicará en forma de relatos cortos.
En este sentido, Almudena Grandes prepara un guión cinematográfico “con historias que no cabían en el libro”, asesorada por su amiga, la directora de cine Azuzena Rodríguez. “Ahora queda conseguir los mil millones que se necesitan para rodarla”, bromeó. “Es un proyecto sólo iniciado”, aclaró, en el que todavía quedan por perfilar actores, fechas y escenarios.