Jorge M. Reverte | 16 marzo 2010
«El 28 de marzo de 1939 lo había pasado en la cárcel», explica con firmeza y pasión la hija de Roque Carretero y Gregoria Sanz, Concepción, nacida el 30 de mayo de 1918 en Barcelona, hasta donde sus padres habían huido a pie desde Madrid por sus actividades anarquistas. Concepción Carretero Sanz era aquel día de marzo una jovencita, empleada en la fábrica de armas Experiencias Industriales, en la plaza de Joaquín Costa. Pero era, además, dirigente de la Juventud Socialista Unificada (JSU).Madrid, 871 días bajo las bombas
«Tenía a mi cargo la Secretaría de Agitación y Propaganda de la JSU y la organización infantil de los Pioneros. El 4 de marzo, cuando conocimos la sublevación contra la República del coronel Casado y sus intentos de rendirse a Franco, a los que los comunistas nos oponíamos, unas compañeras y yo nos dirigimos a todo meter hacia la sede de la JSU, en el palacio de Juan March en Núñez de Balboa y Lista. Intentábamos salvar los ficheros de la organización -teníamos entonces unos 5.000 afiliados-, pero, a la salida del palacete, nos detuvieron. Conmigo iban Aurora Bautista, luego famosa actriz, que era hija de un dirigente del PCE, así como Carmela Cerviño y Adela Sánchez. Así que nos llevaron primero a una prisión de Serrano, 9, luego a los Salesianos de Atocha y más tarde a la prisión de Ventas hasta que, llegada la medianoche del 28 de marzo, me soltaron a la calle». Al día siguiente, en el paseo del Prado, vio a las tropas de Franco. Al poco, la detuvieron. «Siempre estuve presa en Ventas, y cuando alguien se desanimaba, me pedían que acudiera a subirle la moral: una vez, una compañera estaba muy deprimida y le dije: ‘No te preocupes, que viene la flota inglesa por el Manzanares’. Y corrió la voz de que los ingleses venían a rescatarnos». Condenada a muerte en 1943, llevó a su niña Diana a la sala del juicio: «Tenía un año, esa edad en que hacen alegrías y cariños a todo el mundo; como les lanzaba besitos a los jueces, se conoce que se conmovieron y me absolvieron», explica. Pero nunca dejó la resistencia militante contra el franquismo. «Me consuela saber que todo aquel sacrificio de tantos y tantas ha servido para que los españoles disfruten hoy de libertad».